A principios de la década de 2000, los expertos en energía dieron la voz de alarma. Al ritmo de crecimiento de los centros de datos en aquella época, el mundo pronto estaría dando la mayor parte de su electricidad para mantener en funcionamiento estos centros tecnológicos. Pero esto no ha sucedido. A pesar de la enorme explosión del número de centros de datos en las dos últimas décadas, las predicciones catastrofistas no se materializaron. En la actualidad, los centros de datos consumen alrededor del 2% de la energía del planeta, lo que sigue siendo una cantidad astronómica, pero no lo es todo.